viernes, 3 de octubre de 2008

Entrega 2

Tenía 22 años y he de decir que conocía más sobre las mujeres que sobre la vida misma. Confieso que mis rasgos atractivos y mi elocuencia eran factores importantes al momento de conquistar a las chicas. Todo ello, era usado según mis propias conveniencias. Incluso, habían momentos donde no me daba abasto para tanta cita. Debía cancelar algunas de ellas o dejar plantada a una que otra advenediza que no satisfacía mis expectativas. Aún con todo, siempre había candidatas detrás mío.

En ese entonces pensaba que todo iba muy bien. Me sentía en la gloria. Creía que el mundo giraba alrededor mío. Jugaba con los sentimientos de las chicas como jugaba manipulando a las personas. Eran un ganador de película norteamericana. Para mí, los galanes de Hollywood, no eran un cliché, porque yo lo vivía sus vidas en el día a día. Todos los jóvenes de la época querían ser como Jhon Cassani. Y ese, soy yo.

Cursaba la carrera de publicidad en una universidad en donde a las personas se les catalogaba según los rasgos físicos, o de última, según el diseñador de la ropa que llevaban encima. Así de fría era mi vida universitaria. No siempre entraba a clase. La mayoría de veces, alguna chica del promedio, de las tantas que luchaban incansablemente por conquistarme, me hacía los trabajos y los entregaba en clase en mi nombre. Tanto así que en ocasiones, debía hacerme presente forzosamente para decidir quien entregaría mi trabajo y que de ese modo los profesores no sospechasen.

En las exposiciones la tenía más fácil, un poco de palabras difíciles sin sentido y una de mis mejores sonrisas hacían que profesores o profesoras colocaran en su registro notas sobresalientes. Una carrera estudiantil de cinco años casi siempre con destacados.

Recuerdo que sólo en una ocasión casi repruebo una materia. Una profesora me lo puso difícil aquella vez. Había intentado de todo, la sonrisa de ángel, la elocuencia innata, pero nada. Marieta Marlon se llamaba. Profesora de tercer año que dictaba el curso de Historia del arte.

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